Este post, es un post muy especial, no solo por la pareja, que lo es; no por el lugar, que también es un lugar único; ni por las personas que estaban junto a mi mientras hacia las fotos, que son las verdaderas protagonistas de este encuentro. Es un post especial porque habla de dar lo que se me dio, de equilibrio, de kharma, de responsabilidad, de compañeros, de amigos.
En este post no necesitaré hablar de bodas civiles, de bodas rústicas, o de bodas en el campo. Tampoco hablare de si soy fotógrafo de boda en Madrid o lo soy en Alicante o en otro lugar.
Este post habla de todas esas personas, compañeros, que dan día a día sin pedir nada a cambio. De esa generosidad de la que me rodeo sin a penas darme cuenta y que llena tanto y tanto.
Habla de mi, de ese aprendizaje que los compañeros de vida me regalan con sus conversaciones, con sus explicaciones, con esas horas de skype, de teléfono…
Y claro, al final habla de equilibrio, de la inevitable sensación de responsabilidad de devolver lo que durante tanto tiempo he recibido.
Por eso llegó la hora, de compartir, de ayudar.
No me gusta hablar de enseñar (ese concepto establece dos niveles que no me agradan), me gusta hablar de compartir, de redescubrir lo que ya está en el interior, de dar luz a esos conocimientos que sólo hay que dejar salir.
No es más que mayeútica, así lo definía Socrates, “dar a luz”, y así lo siento yo.
Por eso quiero acabar una vez más dando las gracias: a los que confiaron, a los que confían, y los que confiaran; a los compañeros de viaje, de charlas, de emociones, a los que día a día forman parte de mi mayeutica personal.
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