Amanece.

Lento y tímido el sol se desliza entre las montañas, acariciando las hojas de los árboles. Susurrando al oído de los pajarillos que lentamente comienzan a cantar.

Allí estamos una vez más, Sean, Melanie y yo. Esperando a nuevos amigos: Mavi y Pablo. El mismo lugar, pero con distintas personas.

Es curioso como un mismo sitio evoca sentimientos, sensaciones diferentes dependiendo de lo que has vivido en esos lugares y con quien lo has compartido. El mundo se vuelve un lugar especial, donde cada rincón tiene una historia diferente para contar. una historia personal, única.

Pensaba la última vez que estuve allí, la ultima historia vivida en aquellas rocas. Me recreaba en los recuerdos, dando tiempo al tiempo, dejando que la niebla mostrase todo el esplendor de aquel paraje, y entusiasmado por el nuevo capitulo que íbamos a escribir con Mavi y Pablo.

Era una sensación fantástica.

Mavi es profesora de música, Pablo informático. Son una pareja excepcional, risueña y muy alegre.

Un paso, otro, una sonrisa, una charla, una piedra, un paso, otro paso, una foto, una anécdota, un recuerdo, un chiste, un paso, una zancada, una foto, otra, y otra mas…

Así pasó la mañana y fue la lluvia la que marco el final de nuestra sesión, al menos en aquel lugar.

Estos son Mavi y Pablo, y esta es su preboda.

Me encanta tomar distancia, ser el observador, y poder dar gracias. Gracias por poderme dedicar a esto, por aprender de cada una de las parejas que conozco, por descubrir nuevos lugares, por sentir de formas diferentes.

Es genial, gracias.